jueves, 12 de agosto de 2010

Cusco de noche II


La segunda parte del post "Cusco de noche", unas cuantas fotos más de este místico y maravilloso lugar.



Fin de la Av El Sol.


Místico.


2 am.


Detalles extraordinarios.


Av Sol.


Una calle de esas...


San Cristobal.

Templo de San Francisco de Asís.


Muro del Koriqancha.


Muro del Koriqancha.


Calle Zetas.


Imponente Koriqancha.


Belleza.

Cusco de noche

Se dice que las noches cusqueñas (juergas) son realmente espectaculares, bueno eso es cierto, pero el Cusco de noche es más que cafés, bares, y discotecas. Cusco de noche es un viaje místico, es una carga positiva, es un encuentro consigo mismo, una noche eterna; momentos petrificados en el recuerdo. Y es tan místico el Cusco que da la oportunidad de volar sobre sus calles, perderte en esos laberintos y regocijar la vista con eso que el hombre conoce como maravilla, o tal vez, lo que aún el hombre no llega a conocer.

Que rico es caminar por el Cusco, y mejor si es bajo la luz de la luna, donde la noche es eterna y las estrellas dan esa sensación de cercanía con el cielo. Que rico es sentir esa energía bajo los pies, sentir tierra sagrada, madre pacha y el aire purificador del alma.

En un momento como este, no habría nada mejor que estar sentado sobre esas bancas verdes de la plaza, sentir sobre la piel ese frio tan intenso, tan alegre; admirar la belleza de esos detalles tan pequeños a los cuales pocas veces uno da importancia; oír esos gritos de batalla de los antiguos guerreros incas, ese rico sonar ausente de los pututus y las kenas petrificados en el silencio que susurra nuestro oído y ese respirar profundo, más profundo, para sentir por dentro el aire tan libre, tan limpio, tan astuto.

Dificil explicarlo, más que gratificante vivirlo.


Rico atardecer en la plaza de Armas.


Deleite visual.


Huacaypata.


Compañía de Jesús.


Majestuosa Catedral.


Amor cusqueño.


Imponente siempre.


En honor a los valerosos próceres.


Fino acabado.


Catedral


Palomas y fina construcción.


(Esta es solo una parte de las fotos, las demás serán publicadas en la segunda parte del post)

martes, 10 de agosto de 2010

Zetas: La casa de la abuela.

Las fotos que verán las tomé el día 22 de julio del presente año, durante mi viaje de regreso al Cusco por vacaciones que duró casi un mes. Las tomas son de la casa de mi abuela y alrededores. Podría decirse que este fue mi primer encuentro comprometedor con la fotografía ya que empecé a experimentar y a darle mucha más importancia a esta afición que con gusto me agradaría llevarla a un grado de afinidad mayor. Este es mi primer post y será titulado “Zetas: La casa de la abuela”.

A tan solo unos minutos del centro de la ciudad está Zetas (todos en casa nombramos a la casa de la abuela como Zetas, ya que está ubicada en la calle de dicho nombre), y a espaldas del Qorikancha y del templo de Santo Domingo. No tan lejos de la realidad, es allí donde se encuentra el aposento de mi amada abuela “Mama Bonita” que con 98 años de edad aún se mantiene con una salud envidiable.

Esta casona antigua cuya construcción data de los años 40, consta de tres patios amplios y varias habitaciones que fueron alquiladas durante varias décadas. Más que una simple construcción de adobe y paja, es un recinto lleno de historias y recuerdos, construido sobre calles y muros incas, lleva esa magia tradicional del Cusco. Cuando uno ingresa siente ese despegue de la realidad y del bullicio de la ciudad, aparte de que también se disfruta de la sazón inigualable de la abuela, una rica sopita de chairo y uno que otro plato tradicional cusqueño. Se junta todo para convertirse en una deliciosa mezcla, un viaje mágico y placentero, caracterizado por el “tictac” de un relój antiquísimo, se transforma en una máquina del tiempo al pasado, donde la tecnología abrumadora se encuentra exenta y es reemplazada por un bello jardín y el ladrar de un perro quien es fiel compañero de la abuela.


En fin, fue muy bueno regresar, y visitar el lugar que por muchos años fue casa mágica de juegos para mi, lugar que uno llega a extrañar en demasía cuando se está lejos de casa. Con el tiempo uno va aprendiendo que la felicidad se puede encontrar en muchos lugares, uno de ellos está a tan solo unos minutos del centro de la ciudad.


Vista desde el templo de Santo Domingo de la calle Zetas


Torre del templo de Santo Domingo.


 Zetas.

Muro Inca y calle Zetas.


Mujeres indígenas en la puerta del templo de Santo Domingo


Zetas de noche


Anciana caminando por Zetas.

Plazoleta de Limacpampa chico, antes Rimacpampa

Primer patio de la casa de la abuela.

Segundo piso que resistió el terremoto del 50


Segundo patio.


Vista del tercer patio. Los toritos que siempre están sobre los tejados cusqueños.


 
Batán, artículo tradicional para la cocina, donde se muelen los ingredientes.


Jardín de la abuela I


Jardín de la abuela II.

Jardín de la abuela III.

Abeja en el jardín de la abuela.