A tan solo unos minutos del centro de la ciudad está Zetas (todos en casa nombramos a la casa de la abuela como Zetas, ya que está ubicada en la calle de dicho nombre), y a espaldas del Qorikancha y del templo de Santo Domingo. No tan lejos de la realidad, es allí donde se encuentra el aposento de mi amada abuela “Mama Bonita” que con 98 años de edad aún se mantiene con una salud envidiable.
Esta casona antigua cuya construcción data de los años 40, consta de tres patios amplios y varias habitaciones que fueron alquiladas durante varias décadas. Más que una simple construcción de adobe y paja, es un recinto lleno de historias y recuerdos, construido sobre calles y muros incas, lleva esa magia tradicional del Cusco. Cuando uno ingresa siente ese despegue de la realidad y del bullicio de la ciudad, aparte de que también se disfruta de la sazón inigualable de la abuela, una rica sopita de chairo y uno que otro plato tradicional cusqueño. Se junta todo para convertirse en una deliciosa mezcla, un viaje mágico y placentero, caracterizado por el “tictac” de un relój antiquísimo, se transforma en una máquina del tiempo al pasado, donde la tecnología abrumadora se encuentra exenta y es reemplazada por un bello jardín y el ladrar de un perro quien es fiel compañero de la abuela.
En fin, fue muy bueno regresar, y visitar el lugar que por muchos años fue casa mágica de juegos para mi, lugar que uno llega a extrañar en demasía cuando se está lejos de casa. Con el tiempo uno va aprendiendo que la felicidad se puede encontrar en muchos lugares, uno de ellos está a tan solo unos minutos del centro de la ciudad.
Vista desde el templo de Santo Domingo de la calle Zetas
Torre del templo de Santo Domingo.
Zetas.
Muro Inca y calle Zetas.
Mujeres indígenas en la puerta del templo de Santo Domingo
Zetas de noche
Anciana caminando por Zetas.
Plazoleta de Limacpampa chico, antes Rimacpampa
Primer patio de la casa de la abuela.
Segundo piso que resistió el terremoto del 50
Segundo patio.
Vista del tercer patio. Los toritos que siempre están sobre los tejados cusqueños.
Batán, artículo tradicional para la cocina, donde se muelen los ingredientes.
Jardín de la abuela I
Jardín de la abuela II.
Jardín de la abuela III.
Abeja en el jardín de la abuela.
Estas excelentes vistas de un rinconcito de mi Qosqo, del entorno del Qorikancha a cuyos 50 metros se encuentra la casa de la abuelita materna, pertenecen a un joven que recién se inicia en el arte de la fotografia.
ResponderEliminarMi Dantesito, me siento muy orgulloso de tí, porque recién agarras una cámara fotográfica y de un modelo casi tradicional, pero has sabido combinar muy bien los efectos y lograr lindas tomas.
Cada vez que retornes a nuestra tierra, de seguro que seguirás plasmando en lindas imagenes todo lo que encierra este Cusco Mágico. Además, tenemos que volver a recorrer, ya con este tu arte, Saqsaywaman, Machupicchu, Hatun Rumiyoq, el Santuario del Taytacha de Qoyllurit'y, ojalá hasta volver a llegar a nuestros nevados de Sinaqhara, que cada vez mas se derriten, asi como al Señor de Wanka y tantos otros lugarres mas que hemos recorrido, desde tu niñez.
Te quiero mucho mi hijito lindo,
Eric
GRACIAS DAN!!
ResponderEliminarGRACIAS POR SER COMO ERES, LO MAXIMO...Y GRACIAS POR SABER VALORAR LO QUE ES TUYO, POR TENER LA SEGURIDAD Y LA ALEGRIA DE SER QUIEN ERES, ALGUIEN ESPECIAL E IMPORTANTE...LO QUE ACABAS DE HACER AL FOTOGRAFIAR LA CASA DE ZETAS SIGNIFICA MUCHO PORQUE EVOCA RECUERDOS DE COSAS QUE VIVIMOS Y COSAS QUE SABERMOS POR HISTORIAS DE LA FAMILIA...TUS FOTOS PERENNIZAN MOMENTOS QUE SE QUEDAN EN UN PARA SIEMPRE ETERNIZANDOLOS EN EL TIEMPO. TE QUIEROOOO